Estamos en un momento de los que se dicen “hacia afuera”. En movimiento, a pleno talleres, a pleno conociendo espacios nuevos. En el marco de proyectarnos hacia afuera, participamos en una feria de emprendedores de Villa Crespo, en un evento que encontró a varios espacios en una jornada de sábado calurosa.

Bajo una carpita blanca, al aire libre, hicimos un taller de tecnologías creativas. Muchos niños pequeñitos se fueron arrimando, acompañando a los hermanos más grandes. Por eso, armamos dos mesas separadas y mientras los mas grandes jugaban con la compu, tocaban código y armaban dispositivos, los más chiquititos armaron robots con ladrillitos, palitos de helados, etc.

Un Dj tocaba música movidita y los niños de un lado y del otro encastraban y pegaban, prendian y apagaban, pintaban o escribían, enchufaban y desenchufaban. En hojas o en compu. Con tijeras o Ctrl X, los niños intervinieron y crearon en un espacio lúdico. Descubrieron y compartieron la experiencia de hacer con otros niños y de mezclar los materiales.

Al final, cuando hubo que crear el dispositivo real o imaginario, miraron alrededor y el espacio y la temperatura les dictó para donde ir: un ventilador. Combinando dos motores distintos, un servo motor y un motor de continua, crearon un ventilador de esos que se podría poner en un bondi. Tocaron el código y combinaron dos diferentes, hicieron un laburo increíble.

Bravo por el logro individual y colectivo. Por salir al aire libre con las compus y romper un poco el esquema. Bravo por los espacios democráticos, bravo por salir “hacia afuera”.