Taller de Tecnologías Creativas en EANT Escuela Argentina de Nuevas Tecnologías

El sábado estuvimos brindando un taller de tecnologías creativas en la Escuela Argentina de Nuevas Tecnologías. La convocatoria fue abierta para niñxs entre 8 y 12 años. La sala estaba llena de adultxs y niñxs, por eso, decidimos dividirnos en dos grupos para que tanto grandes como chicxs pudieran experimentar sin la mirada del otrx. Un poco superó nuestras expectativas y un poco fue lo que esperamos. Con los tubos en las mesas y las pcs listas, se arma lo de siempre, muchaaa expectativa, preguntas como “¿qué hay en estos tubos?”, la necesidad de tocar… etc. Muchas de ellas expresiones que forman parte del universo curioso de las infancias y que, lamentablemente a veces las vamos reemplazando por actitudes más prolijas, moderadas, normadas, etc. En esa línea, es dónde nos pareció interesante que lxs adultxs pudieran hacer su propia experiencia, para poder re-conectar con el hacer sin mediación, con el hacer desde la experiencia, con las ganas de meter mano sin saber ni cómo, ni cuándo, ni tener el control de anticiparse a los resultados.

La analogía de la programación con la receta de cocina siempre funciona, porque todxs cocinan y porque entienden a partir de la propia experiencia la dimensión de lo que implica saltearse un paso u olvidárselo. Y al mismo tiempo, nos sirve para poder hablar del software y el hardware libre. Muchos retrucaron con el Minecraft y cómo podían acceder a ver el código para ver cómo está hecho, lo cuál está buenísimo porque un proceso que tiene que ver con la forma en cómo construimos conocimiento es poder relacionar una información nueva con alguna situación de su cotidiano.

Después de la charla inicial, exploramos el contenido de los misteriosos tubos y entre todxs fuimos reconociendo las herramientas con las que trabajaríamos.

Comenzamos experimentando, primero, con los led’s, después con sonido, con motores y servos. Al final, en la tercera parte del taller, les propusimos trabajar con la expresión. En los grupos crearon diferentes dispositivos artísticos y funcionales. Un grupo creó un molino de viento, otro grupo un dinosaurio que abría y cerraba la boca, otro grupo creó un cofre secreto que abría y cerraba la tapa. Cada grupo trazó su propia lógica de trabajo, algunxs se concentraron más en el código y otrxs se concentraron en la estructura material.

Cada taller propone formas nuevas de abordar el desafío que significa trabajar con tecnologías. Uno de esos desafíos tiene que ver con la forma en la que se dividen los roles y acceden a programar o a tocar el hardware. El sábado se vivió una tarde en donde todxs lxs participantes generaron formas de vincularse nuevas y creativas. Acercarse a personas desconocidxs, poder entablar un vínculo fugaz y al mismo tiempo productivo, tener un primer acercamiento a las tecnologías abiertas y poder modificarlas es un montón para un taller de un sábado a la tarde!

Cofre
Tocando el código
Lxs Adultxs creando sus propios proyectos
Cabeza de Dinosaurio
Molino de viento con las vaquitas