Las vacaciones se tiñieron de colores, de cables, de compus, de masas saladas, de mesas redondas y cuadradas para compartir, charlar y descubrir.
Estas vacaciones estuvimos en el Centro Cultural Morán de Parque Chas participando en la colonia de vacaciones. Los días lluviosos ameritaron el encuentro alrededor de las compus y los arduinos, de las baterias y las luces.
Con los más chiquitxs leímos el Animalario universal del profesor Revillod un libro que propone el armado de diferentes especies disparatadas que el investigador conoce en sus viajes por el mundo. Después de una ronda en el piso y la atención pertinente de la lectura, nos propusimos crear nuestras propias especies, esas que habitan en nuestra imaginación. La masa conductora, a base de sal, nos permitió incorporar led’s a los animales.
El segundo día trabajamos bajo la consigna de paisajes luminosos. Cerramos los ojos e imaginamos dónde nos gustaría estar para poder retratar ese lugar. Dibujamos y fuimos agregando volumen al dibujo con la masa. Pensando en la hora del día, fuimos incorporando led’s donde había estrellas, o bichitos de luz, o alguna bombita eléctrica de la ciudad.
Con el grupo más grande, que por cierto eran bastante chiquitxs también, trabajamos con las compus y los arduinos. Hicieron el desafío de los led’s y tocaron el código pensando en la velocidad. También, pensaron en cómo extender el led, agregando cables nuevos.
Durante los quince días de vacaciones, varios fueron los espacios que propusieron actividades vinculadas a las tecnologías y al arte. Nos sumamos a las propuestas e hicimos nuestro aporte, difundiendo la forma de ver las tecnologías desde una mirada libre, creativa y expansiva. Inauguramos la segunda parte del año llenos de energía y con un montón de proyectos por delante.