En octubre y noviembre tuvimos dos ediciones del Taller Fábrica de Inventos. Cada una imprimió su propia dinámica, signada por la curiosidad, la imaginación y la activación de les participantes.

El 28 de noviembre, el punto de encuentro fue el espacio abierto del segundo piso de la Moreno. El escenario es conocido: un espacio grande para que los cuerpos habiten y circulen, los ventanales asomando la luz natural y las hojas de los árboles. Armamos todo el equipo, las pcs y los kits, los libros, los robotitos, las cositas y la librería artística. Todo eso como un ofrecimiento, dispuesto para la búsqueda, la exploración y la experimentación.

La concurrencia fue variopinta: varias edades se reunieron alrededor de los cuatro grupos. La dinámica de la fábrica de inventos propone la reunión alrededor de algunos desafíos tecnológicos y la posterior creación de un invento propuesto por les talleristas y consensuado en los grupos. Propiciamos el trabajo en equipo desafiando las lógicas imperantes: escucharnos, respetarnos, contenernos, aunar energías para crear algo juntes.

De los 4 grupos, dos grupos pudieron concretar un trabajo conjunto. Se dividieron las tareas y pudieron coordinar su ejecución, su sentido y su funcionamiento. Y los otros dos grupos tuvieron dificultades para concretar el trabajo mancomunado. A veces las diferencias son obstáculos para encauzar los proyectos comunes, si sabremos de esas cosas… Charlamos sobre eso y lo pusimos de manifiesto. Intentamos poner en relieve que los proyectos grupales, llevados a cabo en la conciencia de lo colectivo llegan a finalizarse en los tiempos propuestos y, además son mucho más potentes. De todas formas, todes les participantes se fueron muy felices de las tareas y las exploraciones realizadas, de haber transitado la experiencia de taller un sábado a la mañana con el solcito entrando por la ventana.

El sábado 4 de noviembre nos fuimos con la camio y las valijas al Scout J. M. Estrada, en Quilmes Oeste. Llegamos y estaban limpiando el espacio, organizando el lugar de trabajo y también jugando y corriendo en el sol. Otro grupo de edades variadas que nos recibió de una forma hermosa. 20 niñes con la ansiedad despierta de la participación, con los ojos dispuestos para la observación y la escucha atenta a la conversación. Cada grupo pudo explorar más allá de las primeras propuestas: quienes exploraron con motores trabajaron con más de un motor, quienes encendieron leds multiplicaron a muchos leds, quienes jugaron con los servos armaron varios circuitos.

Reforzar el trabajo territorial, acercar nuestros recursos para que los grupos puedan explorar las tecnologías y los arduinos, el arte y las potencias de los usos. Propiciar ambientes de trabajo colectivos, con la mirada atenta en las infancias, politizando también nuestra propia práctica. Todas esas cosas son los pilares sobre los que situamos nuestro trabajo y edificamos nuestro proyecto.

Gracias a quienes nos convocan a ser parte de sus proyectos!

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